Deseo, desde lo más profundo de mi corazón, que las personas
que son capaces de hacer daño de cualquier forma a un niño o una niña, sanen
cuanto antes sus heridas emocionales, sus desvirtuados estados de conciencia.
Es desde una conciencia sana desde donde podemos observar la realidad y las consecuencias de nuestros actos. Desde los infiernos en que habitan algunas personas solo se percibe la propia maldad, el propio horror y la realidad que cada uno quiere ver. sanar es , a menudo una opción que conlleva recibir un autentico
castigo por las acciones erradas ; habitualmente no necesitan que otro haga justicia
porque desde la cordura es inadmisible este horror por lo que ellos mismos con
su propio dolor inconsolable tendrían el peor de los castigos y la única
posibilidad de sanación.
Teresa Delgado © 2010
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