No se trata de hacer apología en contra de las escuelas sino de no perder de vista la importancia del acompañamiento de la familia en el crecimiento y formación de un ser que está a nuestro cargo, de la necesidad de apoyar a los que se encargan de su cuidado durante tantas horas, de apoyar políticas eficaces que favorezcan la creatividad, individualidad y respetos de los niños , generando en sus instructores entusiasmo y no, como hasta ahora malestar y la incomodidad derivados de la falta de apoyo y/o valoración de su importante tarea , pero se trata sobretodo, de no perder de vista al niño, la maravilla única que ha venido a traernos y que nosotros reconocemos mejor que nadie...
Teresa Delgado
Namasté
TOMADO DE:
http://chamalu.com/blog/
Quien no reflexiona es un
animal con ropa. Vivir sin reflexionar es peligroso, sin embargo las escuelas
en la actualidad, no preparan a las nuevas generaciones en
habilidades reflexivas ni en toma de decisiones lúcidas. Como explicamos
la existencia de tanta inteligencia durante la niñez y tanta estupidez en el
mundo adulto? Son las escuelas espacios abiertos donde se fomenta la
creatividad, el autoconocimiento, la solidaridad y el aprendizaje de la vida?
No será que las escuelas de la actualidad, terminan matando la
creatividad, la curiosidad, la rebeldía y las mismas ganas de aprender
y en su reemplazo transmite contenidos inservibles, mientras actúan
como aparcamiento de niños, rigurosamente vigilados para que no se escapen? No
es casual que muchos niños se enferman cuando terminan las vacaciones.
Donde aprenden nuestros niños a
ser individualistas, a competir ferozmente con el prójimo, a callar
y obedecer, a ser inseguros y dependientes, donde aprenden a sufrir
y complicarse, en definitiva a ser infelices? No será que docentes infelices
dan mal ejemplo a los niños que luego creen que la felicidad es imposible? No
será que las metodologías carentes de amor, fabrican seres
incapaces de amar? Que luego se gradúan de drogadictos? Los niños son
grandes investigadores espontáneos hasta que van a la escuela.
Mama- preguntaba un niño a su
madre mirando un manicomio- donde se estudia para ser loco? el silencio de ella
dijo tantas cosas. Cuando decimos algo distinto a lo que pensamos y
vivimos en otra dirección, terminamos confundidos y confundiendo a cualquiera.
La mejor escuela es aquella que enseña a vivir es decir a soñar y reinventar
el mundo a tiempo de ir construyendo identidades auténticas que les
habiliten para asumir los desafíos que habitar este tiempo.
Quizá tenemos como familias
que dar menos importancia a la escuela y jugar más en casa, a mirar más a los
niños desde el corazón, permitir más que los pequeños decidan y dar más
ejemplos caseros de felicidad cotidiana. Los padres tenemos que acompañar y dar
buen ejemplo y los profesores también, detrás de cada docente, tiene que haber
un feliz asalariado, un funcionario, no del Estado sino del amor, quizá
lo primero que tienen que aprender los niños, es a renunciar, esa la mejor
vacuna contra el sufrimiento futuro.
La escuela tiene que enfatizar
más en las preguntas, potenciar la capacidad de preguntarse, de dudar, de
buscar e investigar, las respuestas siempre serán secundarias. Es
recomendable el aprendizaje auto dirigido, el énfasis en que cada uno se haga
responsable de todo lo que hace y de los efectos colaterales de lo que produce.
Ahora podemos preguntarnos, de donde salen los jóvenes desequilibrados que
necesitan drogas y alcohol para funcionar?
Escuelas o aparcamientos para
niños de manera que los padres puedan cumplir las actividades laborales
con las cuales financian los gastos que implica vivir en este tiempo,
pero el afecto, imprescindible para los seres vivos, de donde lo extraemos?
También existe una desnutrición afectiva que luego se somatiza y por
ejemplo baja la calidad inmunológica del cuerpo y nos predispone para
enfermarnos.
Si la escuela no construye
seres humanos, donde nos humanizaremos? Sin embargo con frecuencia me pregunto,
por que la escuela insiste en el aprendizaje de conocimientos
inservibles mientras se niega a transformarse a pesar de saber que
la vida es movimiento constante. Sin duda necesitamos escuelas para
aprender a vivir.
Quizá sea necesario, abolir
el monopolio de la educación que detentan las escuelas y extenderla
a las calles, a la naturaleza y en especial al hogar, sucursal predilecta
de la escuela. Entonces lo fundamental ya no será la escuela sino la
educación y ella se paseara libremente por todo lo ancho de la vida, no
olvidemos que las nuevas generaciones son el reflejo de cada
sociedad y si ahora están como están, es precisamente porque confundimos
escuelas con educación.
En muchos casos será necesario
emprender caminatas de desaprendizaje creativo. Es tan saludable
olvidar aquello que no contribuye a elevar nuestra calidad e
intensidad existencial. Necesitamos verdaderas escuelas para la vida para
niños y jóvenes, precisamos escuelas para desaprender para adultos, liberarlos
de tantas creencias falsas y hábitos inoportunos, precisamos ayudar a
cambiar cosmovisiones y paradigmas y aprender a aprender y recuperar
solidaridades y capacidad de soñar y evitar odiosas evaluaciones
que nunca son justas ni reflejan nuestra situación integral y
abolir el compararse y competir con el otro y dar mas importancia a lo
que se siente y aprender a gobernar las emociones y que niños jóvenes y
adultos aprendan a ser libres. Solo habrá adultos realizados si de niños fueron
felices.
El papel del docente será de
motivar e inspirar, de los padres, dar buen ejemplo. es necesario admitir
que somos diferentes y disfrutar de esa diversidad. Todos somos
hiperactivos hasta que nos vuelven conformistas.
Mas allá de premios y castigos
que huelen a manipulación, enseñemos a disfrutar, si esa capacidad innata ya
fue malograda, respetemos el ritmo de los niños y acompañémosles a
descubrir el mundo, descartando verdades inmodificables, recordemos que no
nacemos humanos, que venimos con la semilla que incluye un inmenso
potencial y que al encontrar las condiciones adecuadas, puede crecer y
florecer y elevarnos hasta niveles sorprendentes de humanidad.
Desescolaricemos las escuelas y
escolaricemos al vida, la educación no se tiene que parecer a una fábrica
de una cadena de montaje. Si queremos construir seres humanos, eduquemos para
el autogobierno, para la pregunta y la exploración, para el disfrute y la
renuncia, para el cambio y la creatividad. Eduquemos para una vida donde solo
sobreviven, quienes aprendieron a aprender de todo lo que les pasa y a
disfrutar, de todo lo que hacen, siempre que esto se encuentre en coherencia
con sus principios y nutrido por sus mejores sueños.
Construyamos niños y adultos con
gran capacidad de aprender y convirtamos a la vida toda, en una escuela sin
muros y con una material fundamental: aprender a vivir.
CHAMALU
Enlace interesante:
http://www.eldiario.es/catalunya/diarieducacio/debe-vivir-consecuencia-aprender-reves_6_158244178.html
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