BELTRANA, BERNARDA Y PIEL DE AREPA
Beltrana Camargo,
la rezandera de la Calle Mira
nda,
se sienta en el porche todos los días
a santiguar a los muchachos
para quitarles el mal de ojo
parasitos, piojos y toda clase de males.
su hija Bernarda,
abre las puertas del bar
y enciende la rockola.
Con las primeras notas
de Julio Jaramillo
empiezan a oirse los aullidos
de Piel de arepa,
la perra de las viejas
anunciando el comienzo
de la parranda.
A orillas del mar el oleaje
anuncia la llegada de los botes
cargados de cuantiosa
y buena pesca
rodilla en tierra
el bravo pescador margariteño
da gracias a la virgen del Valle
por el final feliz de su travesia
Llenos los bolsillos del duro
sustento
ganado en semanas de sol
hambre y vigilias
el marino solo piensa
en tomar un camino
y saciar su inagotable sed
arrancar el salitre pegado
a los labios cuarteados
y al rostro envejecido
con musica y aguardiente
en el bar de Bernarda
Todos los dias son de fiesta
para el pescador
cuando esta en tierra firme
vive la vida al limite
vive la vida como si
fuese el ultimo día
porque sabe que tal vez,
solo tal vez,
de la próxima jornada
nunca regrese
Beltrana, fumadora de tabaco
despoja de males a los más
pequeños
lée a las madres los designios
de la suerte
del rostro ausente
de los maridos lejanos,
que estando en tierra
aun no pisan el hogar
cautivos
por la musica de arrabales
y el ron que brota inagotable
en vasos de peltre.
Bernarda, espera la muerte cada 31
de diciembre
vestida de negra mortaja
la cama en medio de la sala
pidiendole a dios poder
reunirse con sus muertos
año tras año
ve como la espera
sigue
entre boleros y ron
en callada contemplacion
de unos seres que
al terminarse el salario
volveran a la mar
dejandola más sola todavia.
La muerte finalmente
se llevo a las dos viejas
Piel de arepa se fue
en brazos del tiempo
al no poder aullar de
dolor ni oir más sus
boleros tristes
en una rockola llena
de recuerdos y mierda de gallina
Los niños quedaron a merced
del mal de ojo
del desprecio que
por los más pobres
siente
la ciencia y la tecnologia
las mujeres quedaron
sin ver en la lumbre del tabaco
el rostro bien amado
de sus hombres
que ya van con rumbo
norte, hacia alta mar
echando redes
en busca de tesoros perdidos
y galeones llenos
de sueños y leyendas
EMILIA MARCANO QUIJADA
emiliamarcano.blogspot.com
MUCHISIMAS GRACIAS POR DIFUNDIR MI TRABAJO. ABRAZOS DESDE VENEZUELA.
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