CREO, SI, CREO QUE UN MUNDO MEJOR ES POSIBLE. Vangelis - The parting

domingo, 6 de septiembre de 2015

DE ANCIANOS





"Recuerdo que cuando yo era pequeño, mi abuelo, para explicarme lo que era el karma, me contó la siguiente historia – Hace mucho tiempo, un hombre mayor se quedó viudo. Su hijo, para que no se sintiera solo, decidió que se fuera a vivir con él y con su familia, pero como el anciano se había vuelto algo torpe a causa de la edad, su nuera, que no lo soportaba, insistió para que lo encerraran en un asilo. Así, a los pocos meses, padre e hijo pusieron rumbo hacia la única residencia de ancianos que había en la ciudad. Pero el hombre, unos metros antes de llegar, fatigado, se sentó en el banco de un parque a descansar. Su hijo, que se sentó a su lado, le preguntó si le sucedía algo, pero el hombre, tragándose el dolor y la pena, miró a su hijo, acarició la piedra del banco con la mano, agachó la cabeza y no dijo nada… Al cabo de un tiempo, el médico del asilo llamó por teléfono a la familia para comunicarles que su padre había muerto de tristeza y de soledad.
Así pasaron muchos años y el hombre se convirtió también en padre y en anciano, y desafortunadamente también se quedó viudo. De la misma manera, su hijo decidió que, para que no estuviese solo, se fuese a vivir con él y con su familia. Sin embargo, como se había vuelto algo torpe, su nuera insistió para que lo encerraran en un geriátrico. Así, a los pocos meses, padre e hijo pusieron rumbo hacia el asilo, pero unos metros antes de llegar, el anciano, fatigado, se sentó en un banco a descansar. Su hijo, sentándose a su lado, le preguntó si le sucedía algo, y el anciano, mirándole a los ojos, acarició la piedra del banco con la mano y, llorando, acertó a decir: - Hace mucho tiempo yo también decidí traer a mi padre a la residencia y, cuando pasamos por este mismo lugar, él también se sentó en este mismo banco y acarició esta misma piedra. Ahora puedo comprender lo que él sintió en aquellos momentos. Ahora sé realmente qué pena tan grande le produje y lo injusto que fui con él – Así, cuando el hombre terminó de hablar, agachó la cabeza sin poder decir nada más. Entonces su hijo, tocado en lo más profundo de su corazón, lo cogió de la mano y, dándose media vuelta, regresaron de nuevo a casa." 


TOMADO DE: LA TABERNA DEL DERVICHE
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